Señor Procurador Ordoñez, respetuoso de su autoridad como representante del ente de control quisiera dirigirme a usted en unas pocas líneas con respecto al tema del Estadio Pascual Guerrero el cual según unas fotografías demuestran un daño luego de realizado el Festival Petronio Álvarez y que según su despacho se hicieron las advertencias en la orbita preventiva de no realizarse ninguna clase de evento en el estadio que sea diferente al fútbol .

Señor Procurador recordemos que su oficina también puso en evidencia escándalos en obras del Mundial Sub 20 donde sí se pudieron haber robado millones de pesos que fácilmente con una parte se podrían arreglar estos supuestos daños al Pascual Guerrero, señor Procurador se acuerda también que en el pasado evento mundialista los jugadores de la Selección de Argentina se desquitaron con los camerinos por una pataleta de niños propios del SUB-20, recuerda también los dineros manchados del narcotráfico que han logrado permear a los equipos de fútbol y también el típico comportamiento del futbolista que suele "coger" todo a patadas como por ejemplo una Lechuza ante miles de espectadores y la más reciente la que todo el mundo comenta "la del Bolillo Gomez", y a todo esto se le suma los conciertos de alta factura que también mueve muchos espectadores y también dejan muchos daños a los distinto estadios.
la pregunta que surge ahora es ¿porqué anuncia medidas disciplinarias a los organizadores del Petronio Álvarez? acaso el fútbol vale mas que la cultura colombiana, acaso la comunidad Afrodescendiente no es digna del gozarce el Estadio Pascual Guerrero? porqué no puso a pagar al equipo Argentino por los daños causados a los camerinos? o es que la idea es decir "ve yo les dije".
Señor procurador lo cierto es que una gramilla medio dañada y unas cuantas sillas dobladas no amerita una sanción, cuando aquí todos sabemos que la corrupción se ha robado mil veces lo que vale un estadio entero y esos son los casos que hay que castigar de forma ejemplarizante, el cancer de la corrupción es la que tiene a la cultura desplazada de los espacios que nos toca por derecho y es el fortalecimiento de nuestra identidad lo que a fin de cuentas vale.
Respetuosamente: Un ciudadano con la cédula colombiana bien puesta