No quería entrar en el juego de escribir sobre el proceso de paz que se está gestando fuera de nuestras fronteras, por el simple hecho que no soy el más apto, conocedor, intelectual o con la suficiente experticia para lograr entender hasta donde se quiere llegar con todo este proceso y no caer en errores por el mismo desconocimiento, pero amparado bajo el reconocimiento de simple ciudadano me da el derecho a la opinión.
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Instalado hoy 18 de Octubre la mesa de negociación en Oslo (Noruega) se dio el gran revolcón tras las declaraciones de las FARC que a mi parecer fueron totalmente arrogantes, irónicas desvergonzadas, desafiantes y guerreristas al aprovechar este espacio de protagonismo para hablar sobre temas coyunturales del país que si bien es cierto existen falencias y errores no es el momento de analizar, además con que moral las FARC emite un discurso pro-pueblo, revolucionario, anti-imperialista y ecológico cuando son estos con sus acciones beligerantes han asesinado al mismo campesinado el cual dice defender, cuantas minas antipersona han mutilado a cientos de colombianos, cuanto desplazamiento han provocado al mismo pueblo y cuantas personas siguen intoxicando con el narcotrafico, con la excusa del sostenimiento de la guerra valiéndose también del capitalismo que tanto odian, es de esperarse que un grupo armado como este aproveche este espacio para vociferar su supuesta lucha revolucionaria ante el mundo y presentarse como las victimas, que grado de descaro¡¡¡¡.
Se pide ser optimista ante este proceso y que estas declaraciones eran de esperarse, además que son válidas PERO se validarían en el mismo momento que sus propuestas estén cobijadas electoralmente en el momento en el que las FARC tomen la vía política y hagan una oposición ante las situaciones irregulares, en este espacio tendrán mi respeto y el de muchos, este discurso de la guerrilla es muy parecido a la del gobierno venezolano señalando, insultando, satanizando e inclusive pisoteando a los que piensan diferente, para Colombia no quiero un gobierno de esta calaña, aquí debe hacerse oposición pero con argumentos respetuosos y transparentes no groseros, arrogantes y excluyentes.
Una eventual participación de la guerrilla en la política colombiana sería algo de supervisar con lupa ya que una oposición frentera ante irregularidades sería positivo pero una oposición que no dialogue, sea radical, obstinada, guerrerista y grosera no sería permitida en el país y además se radicalizaría la izquierda y la derecha y poco a poco (siendo pesimista) volveríamos a la violencia del bipartidismo que azotó hace varios años en el país.
Las FARC debe comprender que los colombianos no están de acuerdo con ellos y el respeto se gana no se exige, la transformación hacia una sociedad con equidad como dicen quererla no se construye de esa manera, estos señores del secretariado se caracterizan por ser personas con altos niveles de educación pero a mi parecer en estos momentos algún recorrido académico parece haberse esfumado, si los representantes de la guerrilla no modifican su estrategia sin precisamente cambiar su posición y pensamiento esto no va para ningún lado y en vez de lograr una transformación en el país logrará es su fin como grupo terrorista.
Una vez más compruebo que gracias a estos problemas es que no avanzamos como sociedad y como en la patria boba por peleas internas siempre salimos perdiendo, parece una maldición de no acabar.
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