Hay un tema en especial que como comunicador social y ciudadano colombiano preocupado por el futuro de este país que muchos dicen querer (mas que todo los días que gana algún deportista o algún cantante) quiero analizar para todos y que en las aulas de las universidades siempre es un intenso debate donde hasta el más “vago” participa, se trata de la verdadera función que está ejerciendo algunos medios de comunicación en nuestro país, mas exactamente de la televisión.
Hay una actividad muy común a la hora del desayuno, almuerzo y cena, que es el de prender el televisor y mirar el noticiero que se emite a estas horas, y si se pregunta ¿por que se hace? la primera respuesta es “que hay que estar informado, uno nunca sabe que le pregunten por ahí”, de aquí nace la primera duda ¿Qué clase de información es “estar informado” actualmente?, pues bien, progresivamente con el paso de los años (algunos) los que nos preparamos en el gran campo de la comunicación social (y los que no) observamos increíblemente la desfiguración de la que se ha convertido este ejercicio. Hasta ahora no he dicho nada diferente de lo que se conversa en los pasillos o aulas de la U, en la buseta o tomándose un café delante de un televisor.
Quiero hacer referencia a un caso en especial que preocupa bastante y de pronto aun hay personas que no han detectado este gran problema por culpa de la cotidianidad y la banalización que depositamos en lo que vemos en la tv se trata de lo irresponsable, crudo, insensato, cruel, vacio y sesgado de los noticieros nacionales que se emiten por TV, a diario podemos observar que la información de apertura de emisión que acompañada con la sirena pre anunciadora de algo catastrófico se trata de un simple video casero de algún tipo de robo, accidente o captura que fácilmente se puede conseguir en YouTube, en este orden de ideas vuelve la pregunta ¿esto es la información que necesitamos?, este es un pequeño ejemplo a citar, otro ocurrió hace pocos días cuando cumplió 25 años de la tragedia de Armero y se volvió a mostrar los instantes agónicos de Omaira la niña que murió ante las cámaras una y otra vez sin importar el dolor que puede sentir la familia, ¿tal vez con el fin de conmemorar el hecho?, seguramente con la plena intención de lograr audiencia, otro ejemplo muy cotidiano son los juicios que se toman a la ligera sin importar las consecuencias que pueden causar y sin confirmar la información, todo por la primicia.
Ahora, en estos días de Diciembre con las tragedias de las inundaciones por el invierno también se pueden ver estas afirmaciones, un caso de ejemplo se puede notar en el cubrimiento de la noticia de la avalancha de Bello (Antioquia) las entradas del reporte se hacía énfasis en palabras como “desastroso” “trágico” “desolador” “desastre de magnitudes…” “triste panorama”, acompañados de efectos visuales y sonoros que colocan mas peso a la imagen, igualmente los primeros planos a los rostros de dolor de las personas que lloran sus muertos, estas son palabras normales que cualquier persona utiliza para referirse a estas situaciones pero que no caben a la hora de un reportaje periodístico donde en los claustros universitarios se nos enseña que debemos ser neutros y no adjetivar, únicamente con excepción de citar alguna frase de otra persona, cuando los medios permiten estos adjetivos es por que se lleva intrínseca alguna pretensión, ¿Cuál será?, sea el motivo que sea la reacción del público en general siempre va a estar orientado a las intenciones del medio, creando desolación, perdida de esperanza, tristeza, desmotivación, rabia, acusaciones sobre posibles culpables, en fin, una serie de emociones que atacan a una sociedad que indefensa ante el bólido de los medios termina alienada por este, otro ejemplo es la forma de cubrimiento de las relaciones entre Venezuela y Colombia donde se nota marcadamente la línea editorial de la empresa comunicativa intentando siempre la búsqueda del sensacionalismo con la irresponsabilidad de no analizar las consecuencia de un posible enfrentamiento y enrutando las opiniones de la comunidad hacia otra avalancha de emociones, posiciones y decisiones, hasta discusiones familiares y vecinales que trae consigo una larga cadena de consecuencias.
El cubrimiento de la noticia debe ser tratado con delicadeza dependiendo de los temas a emitir por que cada uno lleva consigo una reacción por parte del receptor y si esto no se tiene en cuenta seguiremos con los mismos problemas sociales, estas son algunas reacciones que se pueden tener frente a una noticia:
Sin tratamiento de la noticia ante la temática se consigue:
-Accidente: temor
-Corrupción: falta de confianza
-Robos: inseguridad
-Desempleo: desesperanza
-Catástrofes: Dolor
-Extras informativos: Ansiedad
Con buen tratamiento de la noticia ante la temática se puede lograr:
-Accidente: Prevención
-Corrupción: Vigilancia
-Robos: Seguridad
-Desempleo: motivación al emprendimiento
-Catástrofes: ayuda
-Extras informativos: atención
Sentada esta posición y determinada la gran influencia que ejerce los medios en la sociedad puedo pensar que estos buscan un estado totalmente en caótico para mantener sus utilidades en positivo y sus editoriales con la actualidad del momento, ¿les parece justo todo esto por dinero?, en Colombia se pone de manifiesto una necesidad de vigilancia participativa de parte de todos los sectores y habitantes del país y de un plan de educación en audiencia televisiva masiva para mitigar la influencia que pesa sobre todos nosotros y lograr una transformación hacia la construcción de país desde los medios de comunicación.
Lógicamente en este artículo queda muchos detalles en el tintero espero que desde su capacidad crítica sepa darle la trascendencia a lo aquí planteado y que cada vez que observe el noticiero lo haga de manera más reflexiva teniendo en cuenta cada detalle que contenga una orientación destructora, como ejercicio para que compruebe lo que estoy planteando confronte los diversos noticieros que emiten la misma noticia en los diferentes canales y analice su tratamiento se dará cuenta la posición de cada uno.
Querido lector no coma entero.
Hay una actividad muy común a la hora del desayuno, almuerzo y cena, que es el de prender el televisor y mirar el noticiero que se emite a estas horas, y si se pregunta ¿por que se hace? la primera respuesta es “que hay que estar informado, uno nunca sabe que le pregunten por ahí”, de aquí nace la primera duda ¿Qué clase de información es “estar informado” actualmente?, pues bien, progresivamente con el paso de los años (algunos) los que nos preparamos en el gran campo de la comunicación social (y los que no) observamos increíblemente la desfiguración de la que se ha convertido este ejercicio. Hasta ahora no he dicho nada diferente de lo que se conversa en los pasillos o aulas de la U, en la buseta o tomándose un café delante de un televisor.
Quiero hacer referencia a un caso en especial que preocupa bastante y de pronto aun hay personas que no han detectado este gran problema por culpa de la cotidianidad y la banalización que depositamos en lo que vemos en la tv se trata de lo irresponsable, crudo, insensato, cruel, vacio y sesgado de los noticieros nacionales que se emiten por TV, a diario podemos observar que la información de apertura de emisión que acompañada con la sirena pre anunciadora de algo catastrófico se trata de un simple video casero de algún tipo de robo, accidente o captura que fácilmente se puede conseguir en YouTube, en este orden de ideas vuelve la pregunta ¿esto es la información que necesitamos?, este es un pequeño ejemplo a citar, otro ocurrió hace pocos días cuando cumplió 25 años de la tragedia de Armero y se volvió a mostrar los instantes agónicos de Omaira la niña que murió ante las cámaras una y otra vez sin importar el dolor que puede sentir la familia, ¿tal vez con el fin de conmemorar el hecho?, seguramente con la plena intención de lograr audiencia, otro ejemplo muy cotidiano son los juicios que se toman a la ligera sin importar las consecuencias que pueden causar y sin confirmar la información, todo por la primicia.
Ahora, en estos días de Diciembre con las tragedias de las inundaciones por el invierno también se pueden ver estas afirmaciones, un caso de ejemplo se puede notar en el cubrimiento de la noticia de la avalancha de Bello (Antioquia) las entradas del reporte se hacía énfasis en palabras como “desastroso” “trágico” “desolador” “desastre de magnitudes…” “triste panorama”, acompañados de efectos visuales y sonoros que colocan mas peso a la imagen, igualmente los primeros planos a los rostros de dolor de las personas que lloran sus muertos, estas son palabras normales que cualquier persona utiliza para referirse a estas situaciones pero que no caben a la hora de un reportaje periodístico donde en los claustros universitarios se nos enseña que debemos ser neutros y no adjetivar, únicamente con excepción de citar alguna frase de otra persona, cuando los medios permiten estos adjetivos es por que se lleva intrínseca alguna pretensión, ¿Cuál será?, sea el motivo que sea la reacción del público en general siempre va a estar orientado a las intenciones del medio, creando desolación, perdida de esperanza, tristeza, desmotivación, rabia, acusaciones sobre posibles culpables, en fin, una serie de emociones que atacan a una sociedad que indefensa ante el bólido de los medios termina alienada por este, otro ejemplo es la forma de cubrimiento de las relaciones entre Venezuela y Colombia donde se nota marcadamente la línea editorial de la empresa comunicativa intentando siempre la búsqueda del sensacionalismo con la irresponsabilidad de no analizar las consecuencia de un posible enfrentamiento y enrutando las opiniones de la comunidad hacia otra avalancha de emociones, posiciones y decisiones, hasta discusiones familiares y vecinales que trae consigo una larga cadena de consecuencias.
El cubrimiento de la noticia debe ser tratado con delicadeza dependiendo de los temas a emitir por que cada uno lleva consigo una reacción por parte del receptor y si esto no se tiene en cuenta seguiremos con los mismos problemas sociales, estas son algunas reacciones que se pueden tener frente a una noticia:
Sin tratamiento de la noticia ante la temática se consigue:
-Accidente: temor
-Corrupción: falta de confianza
-Robos: inseguridad
-Desempleo: desesperanza
-Catástrofes: Dolor
-Extras informativos: Ansiedad
Con buen tratamiento de la noticia ante la temática se puede lograr:
-Accidente: Prevención
-Corrupción: Vigilancia
-Robos: Seguridad
-Desempleo: motivación al emprendimiento
-Catástrofes: ayuda
-Extras informativos: atención
Sentada esta posición y determinada la gran influencia que ejerce los medios en la sociedad puedo pensar que estos buscan un estado totalmente en caótico para mantener sus utilidades en positivo y sus editoriales con la actualidad del momento, ¿les parece justo todo esto por dinero?, en Colombia se pone de manifiesto una necesidad de vigilancia participativa de parte de todos los sectores y habitantes del país y de un plan de educación en audiencia televisiva masiva para mitigar la influencia que pesa sobre todos nosotros y lograr una transformación hacia la construcción de país desde los medios de comunicación.
Lógicamente en este artículo queda muchos detalles en el tintero espero que desde su capacidad crítica sepa darle la trascendencia a lo aquí planteado y que cada vez que observe el noticiero lo haga de manera más reflexiva teniendo en cuenta cada detalle que contenga una orientación destructora, como ejercicio para que compruebe lo que estoy planteando confronte los diversos noticieros que emiten la misma noticia en los diferentes canales y analice su tratamiento se dará cuenta la posición de cada uno.
Querido lector no coma entero.
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